Entradas

Mostrando las entradas de 2020

Cacho N° II – El Bar de las Putas o la historia de Salomón Rey

El dueño del bar era Salomón Rey, un árabe que tuvo que exiliarse de su país natal por infiel. El asunto no fue provocado por un cambio repentino en la Fe del señor Salomón, sino que le fue infiel a su harem. Engañó a sus diez concubinas con otro harem de concubinas de un califa de la región. Tras recorrer el desierto en camello durante mil y una noches abordó un tren junto con sus concubinas, camellos y baúles, que los llevó hasta un puerto donde todos abordaron un viejo carguero a vapor que los depositó en el nuevo mundo. Tras deambular años de pueblo en pueblo, Salomón Rey y su comitiva arribaron a un pueblo sin nombre, nuestro pueblo, que no era más que cinco ranchos de adobe, piedras y ramas. Al principio la gente entró en pánico frente a la llegada de los camellos, nunca habían visto animales jorobados como aquellos, salvo al Jorobado Mauricio, que en Paz descanse. Una vez repuestos del susto, se acercaron todos a dar la bienvenida a Salomón y sus mujeres. Estas tam...

Cacho N° I – Sui Génesis

Había pasado bastante tiempo desde que Don Jesús dejara de lado sus inventos estrafalarios para dedicarse a la metalurgia creativa pesada. Ahora pasaba gran parte del día fabricando soldaditos de plomo. Pequeños ejércitos de granaderos, arcabuceros, piqueros, húsares, cazadores y un sinfín de unidades más. “Los mejores son los granaderos” . Afirmaba hinchando el pecho con orgullo patriótico y ahí nomás se lanzaba a contar historias de viejas batallas por la Independencia, junto con clases magistrales de táctica y estrategia, sin poder explicar jamás la diferencia entre ambas. Cuando alguien de la improvisada audiencia le preguntaba acerca del carácter diferencial entre ambos términos, terminaba diciendo que la divergencia era la misma que existe entre decir agua o líquido, pero dado que no era una clase de química no iba a explayarse más. Y así zanjaba la cuestión. Ante lo cual sus oyentes mirándose entre sí, asentían con la cabeza y guardaban un reverencial silencio frente a D...