martes, 21 de enero de 2025

Cacho Nro III: Camino del Oráculo I

 Se acercaba el cumpleaños del padre de Jessús, Don José, entonces penso en ir hata el Bazar-Al-Pasar de Salomón Rey y comprar un lindo regalo.

Jesús encaró por Avenida de las Camelias, y no supo porque, le pareció que todo el mundo andaba con un paso marcial. Dobló hacia el sur, paredón y despues de andar un buen rato, llego al bazar. Salomón, como era su costumbre, estaba detrás de la caja registradora, un artilugio mecánico que habia inventado un primo lejano, que claro está, vivia en el extranjero.

El aparato era un armatoste de fierro y bronce, finamente adornado con tallados árabes e infinidad de teclas de nacar. Luego de pulsar varias teclas, que sólo Salomon conoce su combinación exacta, el aparato era capaz de informar el importe a cobrar. Una maravilla de la ciencia y la técnica de nuestros días. Donde iremos a parar se preguntaba siempre Don Valderrama.

- ¡Salud profeta!- exclamó Salomón al ver entrar a Jesús.

- ¿Otra vez con eso Salomón? Ya te dije que no soy profeta. Nadie es profeta en su tierra. Yo soy...

Salomón levantando una mano corto en seco el discurso de Jesús.

-Para nosotros, los mulsulmanes, tu eres un profeta. Ya se que no es lo mismo que ser el hijo de Dios y todo eso, pero tampco es poca cosa.

-Salomón deberías dejar de fumar lo que sea que fumes por esa manguerita...

-Hachís

-Salud

- ¿Y que te trae por mi humilde establecimiento de baratijas importadas de lejanas tierras ignotas?

-Es el cumpleaños de mi papá y quiero hacerle un regalo

-¿Al del ciello o al de la tierra?- preguntó respetuoso Salomón

-Al de acá- respondió Jesus con un resoplido de resignación.

-¡Ah! entonces para Don José tengo el regalo perfecto. Llegaron la semana pasada unos moldes para los soldaditos de plomo.

Jesús, negando con la cabeza dijo: creo que no.

- Pero mirá que son importados. Son moldes hechos por los milenarios falsificadores de la remota China- insistió Salomón

-Es que papá ya no se dedica más a los soldaditos de plomo.

-¿no me digas que volvió a la carpintería? me vendría fenómenal, tengo que hacer unas estanterias nuevas...

-No, no. Ahora es plomero- interrumpio Jesús

¿Plomero?¿y que es eso?

-Es el que arregla las cañeríias cuando se pincha y empieza a perder agua.

-Pero si aqui ninguna casa tiene cañerías.

-Eso es lo que le dice mi mamá y él le retruca que la plomería es el trabajo del futuro, y ella le dije que el dinero se necesita ahora en el presente y que el futuro, sin dinero en el presente, nunca va a llegar. A lo que mi papá le dice canturreando que el futuro llegó hacer rato, todo un palo, ya lo ves; y se va haciendo gestos obsenos.

-Cuanta sabiduría la de tu madre.

-Eso es lo que yo quiero: sabiduría- exclamo Jesús entusiasmado

-Entonces puedo venderte los 15 tomos de la Enciclopedia Británica del Mundo, escrita por sus dueños. A tu padre el encantará.

-No. La sabiduría es para mí. Para mi papá deme un calzoncillo y dos musculosas blancas.

-Entiendo, entonces ¿tambien te llevas la enciclopedia para ti?

-¿Contiene toda la sabiduría del universo?- pregunto Jesús

-Del universo no creo, pero del mundo conocido estoy casi seguro

-Pero yo quiero la sabiduría total- repuso Jesus un poco decepcionado

-No la vas a encontrar en ningún libro. Sólo el oráculo de Delfos contiene todo ese saber. Responderá todas tus preguntas mejor que con chat GPT

-¿Y donde queda el oraculo de Delfos?- pregunto desesperado Jesus

-No lo se. La busqueda de la sabiduria es parte del camino que debes recorrer. Agarra mercadería y paga semana que viene- dijo Salomón y se retiro tras una cortina bordada con arabezcos en hilo de oro.

-Pero... ¡Salomon! ¡Salomoooooooooooooon! la puta que te parió Salomón... 

Jesus un tanto decepcionado tomo el paquete para su padre y volvio para las casas mientras en su cabeza no dejaba de resonar las palabras de Salomon: El oraculo de Delfos.

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